Portada del convento de la Madre de Dios
Situado en la zona central del casco histórico toledano, el convento de la Madre de Dios posee una portada que se orienta hacia la plaza del Padre Juan de Mariana.
Esta portada mudéjar, exquisitamente ornamentada, luce en todo su esplendor tras los últimos trabajos de restauración. Bajo un pronunciado tejaroz se ordena, en el último cuerpo, una galería de tres arcos polilobulados sostenidos por columnas de mármol que se sitúan delante del cristal de una ventana. En el cuerpo central se despliega un friso de arquillos ciegos, también polilobulados, que se entrecruzan. Y en el cuerpo inferior, sobre la puerta adintelada se dispone una cenefa de azulejos adornada con escudos nobiliarios que abarca un dovelaje de ladrillos trabados con argamasa y separados por azulejos negros, verdes y blancos.
La portada mudéjar forma parte de una de las cinco casas bajomedievales que se levantaron en la zona sobre los restos romanos e islámicos existentes. Tal como afirma Sixto Ramón Parro, fueron doña Leonor y doña María de Silva, hijas del conde de Cifuentes, quienes a finales del siglo XV adquirieron esta mansión con el propósito de fundar un beaterio que más tarde se convirtió en convento. Un convento que fue creciendo durante el resto del XV y comienzos del XVI mediante la incorporación de las viviendas bajomedievales anexas hasta ocupar la totalidad de la manzana en torno a 1511. El recinto religioso mantuvo el pulso de la vida monástica hasta que, en los estertores del Barroco, se inició un proceso de decadencia que se acentuó en el siglo XIX y terminó con la exclaustración de las monjas.
Este gran edificio acoge desde el año 2005 la sede de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha. Su rehabilitación ha supuesto asegurar la presencia universitaria en la zona, introduciendo con ello un elemento dinamizador de la vida urbana y un hito valioso en el camino de la recuperación monumental del Toledo histórico.